¿Por qué entrenar con kettlebells?
By Javier Garcia Bravo, RKC
Mi nombre es Javier García Bravo. He sido entrenador por 19 años y he tenido la oportunidad de tomar distintos certificados a lo largo de mi carrera, los cuales abarcan temas desde salud evolutiva hasta prevención de la violencia. Sin embargo, el acondicionamiento físico y la fuerza se convirtieron en la base de mi trabajo, tanto para impartir como para practicar, lo que me llevó a probar diversos sistemas de entrenamiento, buscando siempre el más eficiente, seguro y sustentable.
Antes, mi entrenamiento constaba de movimientos con peso corporal estilo calistenia clásica (jamás he sido fanático del entrenamiento tradicional con pesas en un gimnasio y aún menos de cualquier cosa que se parezca al crossfit). La solución más eficiente que encontré fue entrenar por mi cuenta, ya fuera en casa o en parques, y hacer movimientos básicos, como flexiones, dominadas y sentadillas. Estos movimientos han pasado la prueba del tiempo y, con paciencia y práctica, se pueden dominar en un lapso relativamente corto. Quedaba satisfecho con los resultados en mis capacidades físicas y mi composición corporal, así que mantuve ese estilo de entrenamiento por muchos años.
Aun así, una opción permaneció siempre en mi mente: la kettlebell. En cada uno de los certificados que tomé, sin importar su naturaleza, siempre hubo un participante o entrenador que me recomendara entrenar con la kettlebell. Por años me negué, argumentando que ya tenía un entrenamiento que me funcionaba excelentemente y no necesitaba probar más.
Incluso, al colaborar como dictaminador de libros para dos casas editoriales internacionales, con frecuencia encontré la misma recomendación: diversos expertos aconsejaban entrenar con kettlebells como si fuera una fórmula mágica para solucionar todos los problemas físicos humanos con una mínima inversión de tiempo y espacio. Me parecía demasiado bello para ser verdad… Hasta que decidí darle una oportunidad.
Estudié a los expertos más recomendados en la materia (obtuve la información de más alta calidad en los libros de Dragon Door sin saber que años después terminaría certificándome con ellos,
https://www.dragondoor.com), conseguí mi primera kettlebell y mi vida cambió. Por más que me resistí a aceptarlo, la kettlebell era superior en todos aspectos a cualquier entrenamiento que hubiese practicado y enseñado, incluyendo aquellos en los que me había certificado antes. Al poco tiempo, mi entrenamiento se enfocó exclusivamente en la kettlebell y los resultados me sorprendieron.
Más adelante, cuando sentí la confianza de hacerlo, empecé a incorporar la kettlebell en los entrenamientos de mis clientes. Los resultados fueron aún más sorprendentes, ya que, sin importar su condición inicial ni su edad, siempre hubo una opción de entrenamiento base que pudieran hacer con una kettlebell (particularmente swings) para incrementar de inmediato su condición física y su fuerza. El descubrimiento se convirtió en regla, y así ha sido durante años.
La capacidad de la kettlebell de entrenar simultáneamente fuerza, cardio y movilidad en entrenamientos cortos no tiene comparación. Los resultados en composición corporal, fuerza funcional y acondicionamiento general para otras actividades desafían la lógica y suenan imposibles para los escépticos (dentro de los cuales me encontraba yo). Sin embargo, créeme cuando te digo que son totalmente acertados: lo que todos los entrenamientos de moda prometen, la kettlebell cumple, como ha hecho los últimos 300 años.
En conclusión, la kettlebell tiene mucho que ofrecer en general: a los atletas de alto rendimiento, a la gente que necesita desarrollar más fuerza y condición física, a los profesionistas cuyo trabajo les exige un esfuerzo físico y a quienes les pide estar sentados todo el día. Lo más cercano a una solución absoluta para todos los problemas físicos actuales es definitivamente la kettlebell. Inténtalo y corrobóralo por ti mismo. Te cambiará la vida igual que a mí.
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